Dolores Abuin
Abogada
¿Por qué nos sorprenden los sesgos en los algoritmos?

Por una vez me siento protagonista principal de una película de ciencia ficción. Mi compañero de reparto se llama #ChatGPT.
He establecido un mejor vínculo con él, que con otros personajes de esta película de OpenAI como Bing o Bard. Cada vez le hago más preguntas. Y sin saberlo, lo estoy «entrenando» para mi.
De nuevo está sucediendo, y de nuevo el ser humano se cuestiona con cada vez más ahínco el problema de los sesgos en la inteligencia artificial.
Si despreciamos conocer nuestra historia, ya sabemos que estamos condenados a repetirla.
En pleno siglo XXI me resulta curioso que nos cueste pensar en:
- La inteligencia artificial general (AGI);
- No relacionar la destrucción masiva de puestos de trabajos que se experimenta en el sector tecnológico con el avance de la IA;
- El nacimiento de otra forma de interactuar con los recursos tecnológicos que tenemos a nuestro alcance;
- Que nos cueste tanto, percatarnos de nuestros «sesgos».
Despreciar los algoritmos, precisamente por la existencia de sesgos, es como despreciar al ser humano porque deja que mueran de hambre otros seres humanos. Y es ahí, donde la ética, juega un papel fundamental.
Si todo se reduce a una IA que clasifica, resume, simplifica o crea contenidos, ¿por qué tanto alboroto?
Porque en el fondo, y aunque no queramos ser categóricos, desconocemos el futuro y no sabemos qué se nos viene encima, como sociedad, percibimos que «algo está cambiando«, que «algo va a cambiar» y que «algo alterará el futuro» que pretendíamos «tener asegurado».
El viaje a la luna, los cohetes espaciales, el genoma humano, el cambio climático o el hambre en el mundo, revolucionaron al ser humano y a su percepción de éste en la sociedad. Algunas de estas cuestiones tan importantes para el desarrollo como «ser humano» se difuminaron, otras se exacerbaron y otras casi desaparecieron.
Por eso, en este momento crucial de cambio, donde o estás a favor o en contra de la Inteligencia Artificial, me pregunto: ¿acaso la IA no se construye a imagen y semejanza humana?
Estamos buscando constantemente la perfección en códigos de conducta, respuestas o comportamientos. Y nos olvidamos, que aunque se les quiera señalar a las grandes empresas tecnológicas de este nuevo «producto», las élites de poder, los gobiernos o los grupos empresariales como los grandes beneficiados (que sí lo son económicamente), sigue siendo el «hombre» el que utilizará esta herramienta porque estima que obtiene una ventaja con su uso.
El viaje a la luna tenía un interés claro en la guerra fría, para asegurar la supremacía de un país sobre otros. La cantidad de recursos económicos que tuvieron que destinar no solo por parte de la NASA sino también utilizando el gasto público, fue enorme. Esto nos devuelve de nuevo a la necesidad de volver al pasado y conocer nuestra historia.
Comparaciones como el fuego, las armas o la energía nuclear ejemplifican la «necesidad de control para su uso responsable».
Y es ahí, donde aparecemos «nosotros», los que educamos a nuestros hijos para que ayuden con las bolsas de la compra, no tiren al suelo los residuos o colaboren con los compañeros de clase.
Somos «nosotros», como sociedad globalizada, la que debe establecer en primera persona «cómo se deberá comportar en un futuro cercano, un robot dotado de IA».
Y también hemos sido «nosotros» los que hemos contratado durante años en puestos directivos a más hombres que mujeres, hemos despreciado a minorías étnicas o hemos cedido nuestros datos sin el pensamiento crítico de reflexionar sobre qué se hacía con ellos.
Si decidimos utilizar un algoritmo para ahorrar costes en recursos humanos porque somos una PYME que empieza, entonces los cuestionamientos los empezamos a reducir.
Es hora de que también nos situemos en primera fila y asumamos que la inteligencia artificial que estamos cuestionando por sus sesgos, provienen de todos nosotros.
Debemos tener una mentalidad abierta, debatir todas las ideas y aportar nuevos puntos de vista, para que entre todos, podamos sacar lo mejor de «nosotros» utilizando la IA.
¿Y tú qué piensas en este momento sobre la IA y sus sesgos?